Uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde

ME PARECE CUALQUIERA…la gente que empieza a respetar y/o a chuparle las medias a un artista después de que éste murió.

Los dos típicos casos de esto son la negra Sosa y Guinzburg.

Cuando se murió Guinzburg fue una locura, todo el mundo hablaba del loco, hasta el almacenero de la esquina te decía lo bueno y gracioso que era. La televisión te bombardeaba todo el tiempo con sketch del gordito hasta que uno lo terminaba queriendo.

Sin duda lo peor fue lo de la negra Sosa. La vieja cago la fruta y al otro día todo el mundo era el mayor fan de la gorda Sosa, se conocían todos sus discos y se hablaba bien de ella. Hay una cosa que quiero dejar en claro, a mi nunca me gusto mucho la negra Sosa, no me llama la atención, tengo algunos cds y listo; pero lo que me rompió las pelotas es esa gente que en su puta vida la escucho y que después andaba diciendo: “se murió la mejor”, o “era un ejemplo de vida” y pelotudeces por el estilo.

Ahí te das cuenta lo influenciable y lo boluda que es la gente a través de la tele, lo que dice la tele lo repiten sin pensar ni analizar.

Bueno, me olvidaba, otro caso fue cuando estiró la pata Alfonsín. Ahí realmente me di cuenta que el “pueblo” argentino en realidad no era peronista, sino radical, porque no había pelotudo que faltase que se te acercaba y te empezaba hablar de lo bueno que era Alfonsín y bla bla bla.